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Tanto la rosácea como la dermatitis atópica son afectaciones de la piel frecuentes. En el caso de la rosácea afecta normalmente a la cara. La dermatitis atópica, sin embargo, puede aparecer en diferentes zonas del cuerpo. En cualquier caso, hay ocasiones en que una puede confundirse con la otra. Si tienes dudas al respecto, este artículo puede interesarte.
¿Qué tienen en común la rosácea y la dermatitis atópica?
Las dos causan una mayor rojez en la piel de la habitual. La rojez de la rosácea suele aparecer en la cara, mientras que en la dermatitis podemos ver zonas rojas también en otras partes del cuerpo.
Las personas que presentan cualquiera de las dos tienen una piel especialmente sensible o piel reactiva. Un sencillo roce puede irritarla más de lo normal y aumentar su color.
Ambas se benefician de utilizar productos cosméticos poco irritantes, con conservantes hipoalergénicos y preferiblemente sin perfumes.
¿Qué diferencias existen entre la dermatitis atópica y la rosácea?
Aunque en ambos casos quienes lo padecen pueden tener rojez en la cara, la realidad es que existen bastantes características que las diferencian.
Edades distintas
La dermatitis atópica es más frecuente en niños, pero también puede darse en la edad adulta, incluso aparecer sin haberla padecido antes durante la infancia.
En adultos es relativamente frecuente que esta afectación aparezca en la cara, en forma de rojez y descamación que suelen picar bastante.
La rosácea es muy raro verla en niños; se trata fundamentalmente de una afectación de adultos.
Aspecto distinto
En la rosácea la piel facial está roja y puede presentar pequeñas venitas. Además, quienes la padecen suelen tener brotes de granitos que van y vienen. La dermatitis atópica, sin embargo, no se acompaña de granitos.
Es particular también de la rosácea que pueda afectar a los ojos, causando sensación de cuerpo extraño o arenilla en los ojos. Esto no es propio de la dermatitis atópica.
Tratamientos distintos
Los tratamientos para una y otra afectación varían. De hecho, no tienen prácticamente nada en común, por lo que siempre es muy importante realizar un diagnóstico correcto.
Si bien en ambos casos es recomendable mantener la piel bien hidratada, con productos poco irritantes y de baja alergenicidad, lo que beneficia a una puede perjudicar a la otra.
A modo de ejemplo, el tratamiento más habitual para las personas con dermatitis atópica son las cremas para dermatitis con corticoides. Sin embargo, estos están desaconsejados en la rosácea pues pueden causar un fuerte efecto rebote. Los productos de tratamiento que usamos en la rosácea igualmente rara vez benefician a quien tiene dermatitis atópica.
Conclusión
Con este post intentamos aclarar cuáles son las diferencias entre la rosácea y la dermatitis atópica. En cualquier caso, recuerda que lo más adecuado es que visites a tu dermatólogo para que te haga un diagnóstico adecuado y que sigas sus recomendaciones respecto a los cuidados y tratamientos que más convengan en tu caso.
Lorea Bagazgoitia
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