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En las últimas décadas la población que padece eczemas en los países industrializados se ha multiplicado por 3, llegando a representar entre un 10 y un 20 % de la población, y suponen entre el 15 y el 25 % de los motivos de consulta a los dermatólogos.
Eczemas y contaminación ambiental
Estudios recientes sugieren que los factores medioambientales tienen un papel importante en este aumento de la prevalencia de los eczemas, que se ha dado especialmente en los países industrializados.
Se ha demostrado la asociación de la aparición de eczemas con diversos factores. Éstos pueden ser de carácter personal, tales como la genética, la edad (el 85 % de los casos se producen antes de los 5 años), el sexo (algunos estudios encontraron que las niñas pueden ser más susceptibles), la alimentación, el tabaquismo o el estilo de vida. Pero también pueden ser factores ambientales, como serían la contaminación, el humo del tabaco, el polvo, los animales domésticos, el tipo de trabajo o los sistemas de refrigeración (que resecan la piel). Entre estos factores ambientales también se encuentran todas aquellas sustancias que son transportadas por el aire y que en una persona sensibilizada pueden ocasionar la aparición de síntomas, tales como los ácaros, la piel de los animales, pólenes u hongos.
La dermatitis atópica y la contaminación
La dermatitis atópica es un tipo de eczema más susceptible a verse agravado por la contaminación ambiental, y uno de los más frecuentes los países desarrollados.
Actualmente, la contaminación ambiental, es decir, las emisiones de gases contaminantes por parte de los vehículos motorizados, de las centrales eléctricas y de las industrias, se considera uno de los principales factores que causan el aumento de los casos de dermatitis atópica, junto con el tabaquismo y el estilo de vida sedentario.
¿Qué podemos hacer para tratar el eczema y la dermatitis atópica?
Más allá del tratamiento que prescriba el médico, es fundamental insistir en instaurar unas medidas de prevención, tanto a nivel individual como colectivo. A nivel personal, conviene pasar a utilizar productos cosméticos y de higiene personal que sean hipoalergénicos y libres de fragancias u otras sustancias irritantes. Por supuesto se recomienda no fumar y si se hace, que no sea en espacios cerrados compartidos con personas con piel atópica. Mantener una buena ventilación de los interiores y realizar la limpieza mediante fregado también nos ayudarán a mantener los espacios cerrados con menos polución. Igualmente, es recomendable evitar los sistemas de refrigeración y en general, los ambientes secos y con poca humedad. A nivel global, convendría instaurar políticas de salud públicas con el objetivo de disminuir la contaminación ambiental y los niveles de emisión de gases tóxicos.
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