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La higiene implica el cuidado y limpieza del cuerpo y es necesaria desde el primer día de vida. La higiene es necesaria porque mejora la salud y el bienestar, previene la aparición de enfermedades infecciosas y facilita las relaciones y la autoaceptación.
De los 6 hábitos de higiene que realizamos regularmente y que enseñamos a los niños, dentro de la higiene diaria vamos a destacar 3: la ducha o el baño, el cepillado de dientes y el lavado de manos.
Hábitos de higiene en los niños
Higiene personal: el baño
La ducha o baño es un hábito de higiene que solemos hacer cada día. Ahora bien, debemos tener en cuenta que la piel es un tejido vivo: sus glándulas segregan sustancias grasas y sudor que se mezclan con la microbiota de la piel. La microbiota es el conjunto de bacterias, hongos y demás microorganismos que conviven en nuestra epidermis y que ayudan a la función de barrera protectora de la piel.
Durante el baño, la utilización de jabones, especialmente jabones que no son cuidadosos con la piel, hacen que se retire esta capa de sustancias y microorganismos, dejando a la piel más desprotegida y deshidratada, y por tanto, más susceptible a la infección.
El equilibrio se basa entonces en mantener una cadencia de baño que consiga eliminar la suciedad pero que mantenga la capa protectora de la forma más respetuosa posible. Para conseguir este equilibrio, se recomienda utilizar jabones que respeten el equilibrio de la piel, no frotar todos los días todas las partes del cuerpo y evitar baños muy prolongados (mejor ducha).
En el caso de los recién nacidos y bebés muy pequeños, en los que la piel es más fina y delicada, el baño puede espaciarse cada 2-3 días y el jabón solamente debería utilizarse en zonas sucias o áreas determinadas como por ejemplo el área del pañal, utilizando a su vez esponjas delicadas que no arrastren la película protectora.
Cepillarse los dientes desde bebés
Los dientes infantiles deben cuidarse aunque sabemos que a los 5-6 años van a empezar a cambiarlos. La buena salud de los dientes de leche es fundamental para la salud oral en la vida adulta. El cepillado dental debe empezarse desde que sale el primer diente, siendo especialmente importante la limpieza al final del día (antes de ir a dormir).
Lavarse las manos
El lavado de manos es quizá una de las acciones que más ha mejorado la salud de la población. Enseñar a los niños a lavarse las manos de forma habitual es necesario para evitar infecciones de todo tipo.
Establecer rutinas de aseo infantil
Las rutinas de higiene forman parte sin duda del desarrollo de la propia autonomía. El autocuidado más básico empieza precisamente por la higiene y es imprescindible dentro de las actividades necesarias para la salud.
La propia curiosidad de los niños facilita el aprendizaje; si bien hay que adaptar ese aprendizaje a su edad y acompañarles hasta que puedan hacer las rutinas completamente solos, en función de la complejidad. Por ejemplo, sabrán antes pasarse el agua y la esponja que enjuagarse bien el pelo o cepillarse bien los dientes, pero el perfeccionamiento llegará con la edad, con la mejora de las capacidades motrices, pero también a expensas de repetir la práctica a menudo.
Higiene si hay problemas en la piel
En el caso de niños con problemas en la piel, como por ejemplo pieles sensibles y reactivas o pieles atópicas, las rutinas de higiene son, si cabe, más importantes, porque el cómo se realicen va a determinar en gran medida el aspecto y la salud de la piel. Hay que tener en cuenta que en estos casos, la elección de los productos con los que se realiza esta higiene va a ser fundamental.
Dra. Amalia Arce
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