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La amplia oferta de productos destinados a la dermatitis atópica puede confundirnos. En farmacias, parafarmacias, perfumerías y supermercados; podemos encontrar múltiples líneas de higiene e hidratación en cuyo etiquetado aparece la palabra atopia.
¿Es adecuado todo aquello que se vende como producto para la atopia? ¿En qué debo fijarme a la hora de elegir? ¿A quién debo consultar? En este post vamos a intentar aclarar algunos conceptos al respecto.
¿Cómo elegir un jabón o gel para pieles atópicas?
Presentaciones: Los productos para la higiene pueden presentarse en forma de geles, espumas, aceites, pastillas o lociones-bálsamos limpiadores. La elección de una u otra presentación depende en principio de preferencias personales, aunque las siguientes indicaciones os pueden orientar en vuestra elección:
- Para el baño, aceites o geles, pues se disuelven con facilidad, ejerciendo además una función emulsificadora con el agua.
- Para la ducha, espumas o geles, ya que forman espuma con facilidad y no dejan el suelo tan resbaladizo. Cuando se recomienda evitar o reducir el contacto con el agua son útiles las leches limpiadoras que no necesitan aclarado.
- En caso de dermatitis predominantemente de manos, las pastillas son lo más adecuado.
Composición: Independientemente de su forma de presentación, los productos para la higiene preferiblemente deben:
- Tener un pH ácido similar al de la piel.
- Ser ricos en aceites que contengan ácidos grasos omega 3 y 6.
- Carecer de detergentes o altas concentraciones de alcohol, así como de otras sustancias con conocido poder alergénico, como perfumes, parabenos o sulfatos.
- Contener un elevado porcentaje de ingredientes de origen natural.
Jabón para piel atópica o «jabón sin jabón»
El jabón para piel atópica es un producto que limpia la piel delicada de una manera suave sin secar la piel. La característica principal de este gel de baño es que es un jabón syndet, es decir en un jabón «sin jabón»:
- sin colorantes,
- sin perfumes,
- sin lanolina,
- sin parabenos,
- sin alcohol,
- sin sulfatos SLES/SLS,
- sin formaldehído.
Además, incorpora agentes de alto poder hidratante, vitamina E y extracto de Camomila. Éstos ingredientes lo convierten en un jabón con efecto calmante del picor cutáneo y que ayuda a controlar la flora bacteriana cutánea y por tanto contribuye a restaurar la función barrera de la piel.
Cremas para la piel atópica
La aplicación de un producto de hidratación a diario, tanto en período de brote como en fases de mantenimiento, es igual o más importante que la higiene. Pero la elección de un producto inadecuado puede incluso empeorar el problema de la atopia.
Composición: Los criterios señalados en el apartado anterior deben ser cumplidos también por las cremas para dermatitis emolientes. En éstas, los ingredientes fundamentales deben ser los ácidos grasos omega, que pueden ser de origen vegetal (onagra, girasol, borraja, jojoba, karité, rosa de mosqueta…) o animal (aceites de pescado, cera de abeja).
Otros ingredientes empleados en las cremas para la atopia son vitaminas del grupo B, D y E, que reducen la sequedad, restauran la barrera cutánea, calman la inflamación y actúan como antioxidante natural.
Si se emplean perfumes u otros antioxidantes deben ser preferiblemente de origen natural (hierbaluisa, citronela, ácido cítrico, ácido ascórbico, esencia de eucalipto o té verde). A menudo incorporan algún ingrediente con efecto antiséptico para evitar la frecuente sobreinfección de las lesiones de atopia, como la microplata, y conservantes, como derivados alcohólicos.
Debemos además mencionar que existen muchas sustancias que se emplean en casos de piel seca y picor, como la urea, el lactato, el ácido glicólico o el salicílico, que ayudan en muchos casos de sequedad extrema, pero que cuando hay dermatitis atópica pueden intensificar el picor y el enrojecimiento.
Presentaciones: Los productos emolientes se pueden encontrar en distintas texturas (de menor a mayor concentración grasa): leches fluidas, cremas, bálsamos o pomadas. Para zonas extensas, pilosas, época estival y períodos de mantenimiento, es preferible elegir una fórmula más ligera, que se aplique con facilidad. En zonas muy secas, localizadas y períodos de brote suele ser recomendable el uso de fórmulas más densas.
Conclusión
En la dermatitis atópica no vale todo. Se trata de pieles extremadamente sensibles y necesitan un aporte extra de aceites que los productos de higiene e hidratación deben suministrar. En ocasiones es mejor no aplicar nada antes de usar algo de cuya composición e inocuidad no estamos seguros. El etiquetado puede ser confuso por lo que consultar al médico o al farmacéutico nos ayudará a acertar en la elección de los productos para el cuidado de la piel atópica.
Isabel Martínez de Pablo
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