Características de la piel de los recién nacidos
La piel de los recién nacidos presenta diferencias tanto en su anatomía como en su función respecto a la piel del niño más mayor o del adulto. A priori, podríamos decir que es más fina, más sensible y más frágil. Podemos hacernos una idea cuando observamos lo “transparente” que es, ya que podemos seguir la anatomía de algunos vasos sanguíneos.
Otras características que condicionan las diferencias de la piel de los recién nacidos son:
- Tener una capa córnea (la capa superior de la piel) inmadura, de forma que ejerce su función de barrera y de conservación del agua de forma deficiente.
- El pH es neutro, a diferencia de la vida adulta en la que el pH ácido ejerce un factor protector contra las bacterias.
- Las glándulas sebáceas permanecen inactivas desde el nacimiento hasta la pubertad, por la cual cosa la piel del niño tiene mayor tendencia a la sequedad que la del adulto. Al nacimiento no obstante, el bebé está envuelto en el vérnix caseoso, una secreción sebácea, grasienta, de color blanco nacarado que tiene una función protectora y nutritiva de la piel y que no debemos obsesionarnos en retirar.
- Tiene mucho menos pelo, que también ejerce una función protectora. En el nacimiento puede observarse un vello oscuro fino, conocido como lanugo, que desaparece antes de las 4 semanas en la mayoría de los niños.
- La piel del recién nacido es “estéril”, es decir, que carece de la flora natural (saprófita) de la piel, que se irá creando progresivamente. Además tiene una herida “fisiológica” de la que luego hablaremos: el cordón umbilical.
Todas estas características son todavía “más extremas” en el caso de la piel de los recién nacidos prematuros. La piel del prematuro es todavía más inmadura y por tanto, más sensible, con mayor predisposición a las infecciones y con menos función de barrera.
El baño del recién nacido
Lo más habitual es que el primer baño se realice después de la caída del cordón umbilical, precisamente por mantenerlo seco y sin demasiada manipulación.
El baño diario no es necesario, de hecho con el fin de proteger la barrera cutánea suele ser mejor hacerlo cada 2 ó 3 días. Eso sí, las zonas anogenitales, pliegues axilares e inguinales, y secreciones orales y nasales se pueden limpiar “por partes” siempre que sean necesarias.
Para la higiene de la piel se aconsejan jabones neutros o discretamente ácidos y sin perfume que son más respetuosos con la barrera de la piel. En cualquier caso, en cantidades pequeñas y que se pueden aplicar directamente con la mano. La temperatura del agua no debe ser muy alta y la duración no debería exceder los 5 minutos.
Hidratación de la piel de los recién nacidos
La piel de los recién nacidos tiene mayor tendencia a la sequedad por la falta de actividad de las glándulas sebáceas. Además, especialmente en los niños postmaduros, se produce una descamación durante los primeros días de vida (como un cambio de piel). Los productos emolientes (hidratantes) se pueden utilizar si se observa sequedad en la piel o si hay antecedentes familiares de dermatitis atópica. Los emolientes proporcionan hidratación y plasticidad, y resultan de utilidad en caso de que la piel esté seca, fisurada o se descame.
Cuidados del cordón umbilical
El cordón umbilical es una herida fisiológica que permitía la unión del feto en la placenta y el paso de nutrientes y oxígeno procedentes de la madre. Como herida que es, nuestra misión es curarla con el fin de facilitar su cicatrización y evitar que se sobreinfecte. La caída del cordón se producirá durante los primeros días de vida, habitualmente entre los 7 y los 15 días, aunque depende del grosor del cordón y de la ausencia de complicaciones.
Las dos premisas son: mantenerlo seco y mantenerlo limpio. Para mantenerlo limpio, tradicionalmente se han utilizado diferentes tipos de antiséptico. Algunos se han desterrado como por ejemplo la povidona yodada por su capacidad de absorción del yodo. Las últimas recomendaciones van en la línea de utilizar exclusivamente agua y jabón. Eso sí dejándolo después bien seco (sin frotar) y aireado.
Consejo para padres recientes: durante los primeros días es mejor utilizar ropa interior de 2 piezas, más que los socorridos bodies. Así se facilita el proceso de deshidratación del cordón y su caída más rápida.
Cuidado de la zona del pañal
La zona del pañal es susceptible de tener dermatitis porque es una zona húmeda, expuesta a la irritación producida por la orina y las heces y a la oclusión contra la piel que ocasiona el pañal. Todos estos “ingredientes” facilitan la colonización por bacterias u hongos que sustentan la dermatitis.
Para la limpieza de la zona del pañal es preferible utilizar agua y jabón. Reservaremos las toallitas húmedas para cuando estemos fuera de casa. Podemos proteger en cierto modo de la irritación que causan las deposiciones y la orina aplicando una pasta al agua o con óxido de zinc, que ejercerá una función de barrera de la piel.
Dra. Amalia Arce
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