Indice de contenidos
¿Qué es la piel sensible o piel reactiva?
Las pieles sensibles o reactivas son aquellas que son propensas a padecer problemas en la piel, a menudo inespecíficos aunque suelen manifestarse como rojeces, deshidratación, tirantez, originando picor, irritación o sensación de ardor.
La piel sensible también se conoce como piel intolerante, piel reactiva o hiperexcitable.
Es un concepto que tiene un punto de subjetividad, de forma que mucha gente asegura que tiene la piel sensible, sin que los especialistas a veces sepan cualificar de forma adecuada este estado.
La zona del cuerpo que más se afecta es la cara. Otras zonas que también pueden estar afectadas son las manos, el cuero cabelludo y los pies.
Piel sensible y delicada en niños
¿Cuántas personas tienen la piel sensible? Pues la realidad es que cada vez más personas tienen esa sensación, casi podríamos decir que la mitad de la población.
Entre los niños es común porque ya de entrada tienen la piel más fina e inmadura y es más fácil que aparezcan lesiones frente a los estímulos externos.
Es algo más frecuente en niñas y mujeres que en niños y hombres. Suele ser una piel clara sensible a las quemaduras solares y con aumento de las glándulas sudoríparas.
Por eso en los niños a veces encontramos un enrojecimiento exagerado al exponerse al sol, una granulación con el sudor o simplemente las marcas en la piel de la presión al cogerlos en brazos.
El especialista determinará si debajo de lo que pensamos que es una piel sensible hay un proceso cutáneo más definido como un acné, un eccema de contacto, o una dermatitis atópica. En realidad diferentes entidades pueden coincidir en este punto.
¿Qué factores originan la piel sensible?
La piel de estos niños va a ser más vulnerable a los “ataques” externos, originándose una reacción exagerada frente a factores que normalmente deberían ser bien tolerados.
Los factores externos a menudo implicados son el frío, el sol, el viento, el calor, la contaminación o el aire acondicionado. El descenso de la temperatura y de la humedad propios del invierno y de los ambientes fríos provocan una disminución del contenido de agua de la capa superficial de la piel, favoreciendo las manifestaciones comentadas.
En adolescentes o adultos, también están implicados los productos cosméticos y de higiene, así como hábitos alimentarios (especias, picante, alcohol, café) o exposición a productos químicos.
Tipos de piel sensible
Se puede establecer una clasificación de los tipos de piel sensible:
- Piel sensible natural: Piel fina, clara, a menudo un poco seca, que se descama o se enrojece con facilidad
- Piel sensible reactiva: Ante los factores externos como el frío o el sol o productos para el cuidado de la piel
- Piel sensible ocasional: Dermatitis seborreica, acné u otras situaciones de la piel
- Piel sensible al entorno: Reacciones inmediatas y desmesuradas ante la menor agresión ambiental.
- Piel sensible “cosmética”: Reacciona básicamente a determinados productos cosméticos.
¿Qué tratamientos hay para la piel sensible de los niños?
En cuanto a cuidados de la piel (prevención, higiene, hidratación), puede no ser demasiado diferente a los tratamientos que se utilizan en los niños con piel atópica.
- Se recomienda el uso de productos para pieles sensibles y utilizar el menor número de ellos.
- Evitar jabones, que arrastran la capa protectora de la piel
- Aplicar cremas hidratantes varias veces al día en ambientes con determinadas condiciones ambientales
- Utilizar productos de higiene capilar suaves, pues el producto acabará cayendo en la piel e irritando la cara.
- Proteger la piel de los cambios bruscos de temperatura, el sol, el frío y la exposición al calor
Dra. Amalia Arce
- Primeros productos para el cuidado de tu bebé - 15 diciembre, 2021
- ¿La dermatitis atópica es una enfermedad hereditaria? - 13 diciembre, 2021
- Masajes para niños con dermatitis atópica - 20 octubre, 2021