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Los cuidados de la piel atópica descritos anteriormente intentan mantener la barrera cutánea e intentan evitar la necesidad tratamiento de la dermatitis atópica con medicamentos para el control de las lesiones. Cómo prevenir el ezcema es el punto número uno en nuestro tratamiento.
No obstante, en algunas ocasiones va a ser necesario añadir algunos tratamientos a las medidas anteriores de higiene, hidratación y control ambiental.
Medicamentos para tratar la dermatitis atópica:
Corticoides tópicos
La aplicación de corticoides tópicos es uno de los pilares del tratamiento de la dermatitis atópica cuando los cuidados generales no son suficientes.
Los corticoides, a pesar de su mala fama, facilitan la regeneración de la piel, alivian el picor y previenen la sobreinfección.
Hace varias décadas que las cremas con corticoides se utilizan en el tratamiento de la dermatitis atópica.
Existen muchas opciones en el mercado, clasificándose en función de su potencia. Obviamente a mayor potencia, mayor resolución de las lesiones pero más posibilidad de efectos adversos –que en realidad son poco frecuentes, ya que la absorción a través de la piel es mínima-.
Será el pediatra o el dermatólogo quien indique el producto más adecuado en función de la severidad, de la edad del niño, de la zona a tratar y de la extensión de las lesiones de dermatitis, con aplicaciones que pueden variar entre 1 y 2 veces al día. En algunos niños puede ser conveniente la aplicación continua durante varias semanas (1 o 2 veces por semana) para mantener los brotes a raya.
Aunque las cremas con corticoides para piel atópica mejoran la evolución de los brotes, es importante no dejar las rutinas de hidratación e higiene establecidas, puesto que ambas medidas son complementarias y si se cesa el cuidado, los brotes tienden a reaparecer.
Inmunomoduladores
Hace unos años surgieron productos inmunomoduladores tópicos como el tacrolimus, que son diferentes de los corticoides. Se utilizan poco, y se reservan para las dermatitis atópicas moderadas o severas que no responden a los tratamientos convencionales o en los que estos no se toleran bien.
Antibióticos
Los antibióticos se utilizan cuando existe una sobreinfección cutánea de las lesiones eccematosas. El germen principalmente implicado se llama Staphylococcus aureus y suele ocasionar unas costras amarillentas.
Cuando las lesiones son de pequeño tamaño pueden controlarse con antibióticos tópicos (combinados o no con corticoides), pero otras veces van a ser necesarios por vía oral.
Será de nuevo el pediatra o el dermatólogo quien indique la aplicación de estos fármacos.
Antihistamínicos
Los antihistamínicos por vía oral se utilizan básicamente para disminuir la sensación de prurito característico de la dermatitis atópica.
Los antihistamínicos tienen capacidad para regular la respuesta inmune, de forma que también “frenan” un poco el mecanismo que causa la dermatitis.
Existen dos tipos de antihistamínicos. La tendencia actual es preferir los de segunda generación, que no dan sueño.
Los antihistamínicos no se recomiendan en lactantes menores de 12 meses, salvo casos excepcionales.
Dra. Amalia Arce
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