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En el artículo anterior hablábamos de que la urticaria se caracteriza por la presencia de habones que, típicamente, pican y duran menos de 24 horas. Hablábamos también de que había dos tipos de urticaria según la duración de los brotes: aguda y la urticaria crónica, en función de si dura menos de 6 semanas o más.
¿Qué es la urticaria crónica?
Se trata de aquella urticaria que se alarga más de seis semanas, con brotes frecuentes (casi todos los días de la semana). Esto es más frecuente en adultos que en niños. Se da también en mayor proporción en mujeres que en hombres.
Los habones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y puede dar lugar también a angioedema, es decir una marcada hinchazón repentina de los labios o los párpados que desfiguran el rostro durante su duración. La recurrencia de los mismos puede interferir con la calidad de vida y el sueño. ¡Se calcula que hasta el 1% de la población puede padecerla!
Causas de la urticaria crónica
Lo habones pueden tener desencadenantes claro, como el caso de las urticarias físicas, también llamadas urticarias inducibles. En estas situaciones los brotes de habones pueden estar claramente causados por estímulos concretos como:
- Roces o fricción en la piel: Este fenómeno, llamado dermografismo causa que en la zona donde se fricciona la piel aparece un habón que causa picor.
- Presión: se caracteriza por la aparición de habones o hinchazón en zonas que han sufrido presión en las 4-6 horas previas, por ejemplo, tras estar sentados en una superficie dura o con prendas ajustadas.
- Ejercicio físico o calor: este tipo de urticaria recibe el nombre de “urticaria colinérgica” y consiste en la aparición de habones, habitualmente de pequeño tamaño (menores de 1cm) tras hacer ejercicio, estar en climas muy calurosos o darse baños calientes.
- El contacto con el agua o el calor local sobre la piel también pueden causar habones, aunque estos cuadros son más raros que los previos.
- Sol: los habones aparecen tras algunos minutos de exposición al sol.
Sin embargo, la mayoría de urticarias crónicas, se denominan “urticaria crónica espontánea” nombre que reciben precisamente por no tener una causa conocida.
Aunque no se conozca su causa, sabemos que se presenta más frecuentemente en personas con enfermedades autoinmunes como pueden ser el hipotiroidismo, la enfermedad celíaca o la artritis reumatoide entre otros.
El estrés, los cambios de temperatura o la toma de antiinflamatorios no esteroideos pueden empeorar los síntomas y aumentar el picor.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele hacerse sencillamente por la clínica. El desencadenante generalmente se descubre por la propia persona que lo sufre, no obstante, en ocasiones los alergólogos han de realizar las llamadas pruebas de provocación, mediante las cuales se provoca el estímulo y se vigila si aparecen habones. Esto se hace bajo supervisión médica con el fin de evitar reacciones graves.
Cuando no se detecta ninguna causa clara, se establece el diagnóstico de urticaria crónica espontánea.
Tratamiento de la urticaria crónica
A las personas con urticarias inducibles /físicas se les aconseja evitar el desencadenante en la medida de lo posible. Esto no siempre es fácil por lo que es muy habitual complementar el tratamiento con antihistamínicos.
El tratamiento fundamental en la urticaria crónica espontánea son los antihistamínicos. Sin embargo, hay personas en las que los habones no se detienen ni con dosis altas de estos y por ello se recurre a medicamentos inmunosupresores o biológicos que ayudan a controlar los brotes.
Lorea Bagazgoitia
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